lunes, 24 de enero de 2011

LOS FABULOSOS CADILLACS 1985-2011

Los Cadillacs, como todo, tuvieron sus comienzos, sus primeros pasos. Y
cuenta el propio Vicentico que fue en Mar del Plata, en un ochentoso bar de
la calle Almafuerte, donde tomaron conciencia (si en esos tiempos se podía
hacer algo así), de que podían ser una banda. Hernán “Ruso” Azlor, fue en
parte responsable, sin saberlo claro, porque tampoco en esos días se creía
responsable de nada, de que Los Fabulosos existan. Una calurosa tarde de febrero nos encontramos con Hernán, hoy miembro de la Surfrider Foundation. El ruso, cafecito brasilero por medio, nos contó cómo fue lo que fue. “En el verano los años ´83 y ’84, junto a un amigo, Daniel, habíamos abierto un bar que sellamaba Vía Fellini. Fue uno de los primeros bares surferos y con onda de Mar del Plata. Vía,
era un lugar donde primaba la libertad. Esta palabra, llevada a la noche y regada con cervecita y verano, era sinónimo, en pleno destape, pleno retorno de la democracia, de un descontrol alucinante. Es que veníamos de tantos años de represión y dictadura que todos necesitábamos imperiosamente liberarnos. Y Vía fue eso, un lugar donde nos divertíamos sin restricciones.
Como nos empezó a ir bien al bar le comenzanos a hacer modificaciones y mi amigo Fernando Aguerre, me mandó de Estados Unidos, un equipo para la época impresionante: un AKAI digital, que para aquellas épocas era todo un artefacto de ingeniería espacial. Además,periódicamente, me enviaba paks de casetes con música que aquí ni llegaba. Entre ellos, me llegaron unas cintas de Madnnes y otras bandas de ska, casi desconocidas. Y me gustó tanto esa música que me hice fan del estilo. Al bar le pusimos unos parlantes tremendos por donde la música fuerte, novedad para la época, era una de las principales atracciones del lugar. Al otro verano, el bar ya tenía un nombre en el under marplatense. Y esa “fama” hizo también que muchas bandas se acercaran para darnos sus demos y ver si podían tocar en Vía Fellini. La
mayoría, la verdad, eran muy malos: no soy músico, pero toco algunos instrumentos y puedo distinguir, más o menos, lo que es bueno y lo que no. Pero hubo uno de esos grupos, integrado por chicos con un promedio de edad de no más de 16 años, todos vestidos como los Blue Brothers, que me llamó la atención y con los que nos hicimos amigos. Me acuerdo que vinieron cuatro de ellos, en total eran como nueve, y me sorprendieron con su estilo claramente orientado al ska. Ojo, musicalmente eran un desastre, los que mejores tocaban eran Mario Siperman y Flavio, pero tenían algo que me gustó. Por mi parte les mostré mi tesoro más querido: esos casetes de Madness y The Specials, incunables en Argentina, que creo ni ellos mismos conocían. Luego de volvernos locos con la música, les propuse hacer algo en conjunto.
Con Daniel se nos ocurrió que podíamos hacer algo a beneficio en el Estadio Mundialista, pero, ya avanzando y averiguando para traer a grupos ya consagrados, me acuerdo que hablé con Daniel Grinbank, me di cuenta que hacer algo en un lugar abierto en Mar del Plata, era muy arriesgado. La lluvia podía arruinarnos la fiesta y los bolsillos. Volvimos sobre nuestro pasos y se nos ocurrió darle manija a estos extraños muchachitos de traje y ska: se llamaban Los Cadillacs ´57. Y les propuse tocar en Vía Fellini, para ver qué pasaba con la gente. Ese concierto fue un éxito: por la gente tuvimos que cortar la calle. Fue todo un suceso, para nosotros claro, pero nos dimos cuenta, y creo que la banda también, del potencial
que tenían como grupo. Juntamos como…50 personas, para nosotros y el bar, una multitud. Todos quisimos ir por más, más que nada para divertirnos, jugar con amigos. Y organizamos otra fecha: el próximo recital sería en Aloha, un entrañable antro hoy inexistente, de la avenida Constitución, por aquella época, la que no dormía, la del ruido. Para promocionarlos, me acuerdo que alquilé un Cadillac ´47 impecable y les propuse que ellos mismos deambularan por la ciudad repartiendo tarjetas para su próximo show de la temporada. Hoy me río cuando me acuerdo de la llegada de la banda al boliche. Recuerdo que para el arribo del grupo había tendido una alfombra roja, que había mangueado a unas canchas de tenis amiga. Creo que laalfombra era verde, pero tenía tanto polvo de ladrillo encima que,visualmente, era roja. También hice que amigas mías simularan ser fans desesperadas por esa “famosa e increíble” banda. Además otros amigos fotógrafos, con cámaras sin rollos pero con flash, se tiraban al piso retratando al suceso del verano, a estos jóvenes increíblemente talentosos y carismáticos. ¡Era como la entrada de los Oscars!!! Puro marketing que le dicen. Cuestión que esa noche metimos 400 personas, que para la época era mucha gente. Luego de esos primeros pasos, los chicos se fueron a Buenos Aires, y les empezó a ir bien, editaron Bares y Fondas y bueno, como dicen, el resto ya es historia conocida. Hablando en mi programa de radio con Mario Siperman, me emocionó, porque me dijo que fui el primeroque confió en ellos. Y la verdad que fue un ida y vuelta. Con todos quedó una amistad inquebrantable, y cada vez que podemos, nos reímos de aquellos comienzos, de esos años llenos de locura e imaginación, cuando sin temor a lo que podía pasar, le echamos un poco de combustible a un auto que cada vez anda mejor: Los Fabulosos Cadillacs.

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